Eugenia Calvo

Título: Eugenia Calvo

Autor: María Fernanda Cartagena

Lugar y fecha: Buenos Aires, 2008. Publicado en Eugenia Calvo, Galería DPM


Tropelía, arte mágica que muda las apariencias de las cosasi

El nardo es mi flor preferida, y sin embargo me hace daño. Cuando aspiro su olor me descompongo. El terciopelo hace rechinar mis dientes, me eriza, como me erizaban los guantes de hilo en la infancia y, sin embargo, para mí no hay en el mundo otro género comparable. Sentir su suavidad en mi mano, me atrae aunque a veces me repugne.

Silvina Ocampo, El vestido de terciopelo


La destacada trayectoria de Eugenia Calvo se caracteriza por la contundencia en el tratamiento de sus obsesiones. En las series percibimos el trabajo de quien se ha detenido para indagar los contornos de inquietudes irrefrenables que tienden a repetirse. Esto lo proyecta en visualidades como la fotografía, el videoperformance o las intervenciones y registros en espacios no convencionales. Ha llegado a conformar un corpus de obra sólido y abierto que se retroalimenta y diversifica de manera ejemplar, un sitio de intersección e interrogación de varios sistemas, géneros, épocas o estilos. Es por esta densidad intertextual que en su obra convergen una política y poética de la imagen, del espacio y del tiempo.


¿Dónde se ubica la fuerza y amplitud de sus imágenes y acciones? Aunque son varios los sentidos que se desprenden de sus series, impresiona cómo logra suspender y desviar el curso de imágenes que se dan como naturales. Calvo mira de cerca, interrumpe y revela. Frena la continuidad de determinada tradición estética para develar su arbitrariedad y negar su transparencia. La operación que realiza es “de quien no dice nada pero dice mucho”, que es tan sutil como grave y tan superficial como profunda. Deja atrás cualquier solemnidad para manejar la irreverencia con una naturalidad perturbadora. Su trayectoria puede ser imaginada como una pequeña historia de atentados mínimos hacia cierto espesor de nuestra cultura espacial y visual. Como todo golpe certero sus gestos son infalibles, cuidadosamente articulados y profundamente deseados. Como todo breve relato, privilegia lo cotidiano, el ámbito doméstico, lo particular, la experiencia, las emociones y el micro análisis. En varias escenas o escenarios, Calvo ensaya una guerrilla doméstica y pulsional.


En El método tradicional (2003-2004), una de sus primeras series en fotografía y la más prolífica, con audacia logra despertar los puntos ciegos de nuestra mirada. La clave consiste en el atisbo a una imagen que seguramente ha pasado bastante desapercibida por nuestras manos: platos decorados sobre los que están servidos pedazos de comida. Luego de una primera impresión de choque o desconcierto, las imágenes no se agotan, sino que empiezan a activar cuestiones tan diversas como lo son la migración de la imagen a través del tiempo; el desdoblamiento de las bellas artes a las artes aplicadas; la perdida de “aura” ante la producción en masa; las subjetividades e identificaciones en juego en determinada tradición estética; los usos y consumos de artefactos culturales en lugares y tiempos diferenciales; y también el lugar del arte contemporáneo dentro de estos procesos y ciclos.

Estas encrucijadas se exponen a través de superposiciones y conjugaciones, afines a la exhuberancia y complejidad con las que Didi-Huberman nos desafía a tomar el pulso en la imagen como "montaje de tiempos heterogéneos".ii


Además de advertir estas traducciones culturales, las fotografías de Calvo participan activamente en su resignificación. El romanticismo idealista de las escenas en la vajilla inglesa Staffordshire y su bucólico costumbrismo, que integró al hombre con la naturaleza, que se preocupó por asignar roles de género fijos y por plasmar monumentos o acontecimientos emblemáticos, se estremece y yace amenazado por repulsivos e indeterminados trozos orgánicos. Se trata de una fractura en la tradición, la coherencia y la plenitud que prometía. Tradición que en este caso es cuestionada aparentemente desde nimiedades, pero en las que Calvo es capaz de descubrir su espesor y poder latente.


La colisión entre materiales y significados no genera únicamente antagonismos, sino que a su vez hilvana complicidades. La materia orgánica deviene protagonista, ya sea porque imita, completa o establece pequeñas zonas de contacto con los personajes y sus escenas. Este proceso deja ver lo que había permanecido oculto. Desde una mirada oblicua, Calvo libera y descubre estéticas desde otro lugar. Dirige la atención hacia la riqueza del grano de impresión, materialidad de la gráfica que se genera por su transferencia a la cerámica. También percibimos el corrimiento del color, el desvanecimiento del azul cobalto y del sepia, o la azarosa textura del craquelado en la cerámica. La artista reconvierte la representación literal del cielo y nubes de los paisajes, en franjas abstractas de puntillismo expresionista o geométrico. Lo inocuo del puré de papas o zapallo toma potencia y plasticidad barroca, como motor de luces y sombras. Asimismo reparamos en los brillos, texturas y temperaturas de lo orgánico, sus colores, tonos y hasta sabores. Percibimos la riqueza de la falla, la fuerza de la desproporción, del desborde, del exceso y de la imperfección, como instancias liberadoras. En esta serie, como en las siguientes, el recurso de la fotografía es su mejor arma: lupa, amplificadora y editora que logra capturar estas paradojas y singularidades. La imagen, sostiene Didi-Huberman, desmonta la historia no sólo porque nos desorienta o confunde sino porque desarma y deconstruye.iii Todo lo que Calvo utiliza, finalmente se deshabitúa.


Tempranamente, con la industrialización, una determinada construcción de la femineidad se disemina a través del mundo comercial y el consumo capitalista. Esta cultura visual femenina, de la mano de ideologías de género, se concentró en la moda y en el hogar. La casa, ámbito a ser administrado por la mujer, debía reflejar y promover prácticas, ideas e imágenes de lo femenino. Calvo empieza a investigar la frágil belleza de este universo en la serie Gardening (2004), integrada por fotografías en tamaño real de sábanas floreadas, donde pliegues y dobleces adulteran el equilibrado diseño de los estampados.

La serie El drama de Victoria (2004-2005) excava en esta subjetividad y estética “prefeminista”, que con un largo y exitoso recorrido se plasma en revistas de decoración. Para la distinción y gusto burgués-conservador, el regreso a la naturaleza implica transplantar el jardín al hogar, con sus connotaciones emocionales y sentimentales. Una abundante inversión en estampados y diseños florales prometen edulcorar cada centímetro del ámbito privado. Calvo presenta la naturaleza profundamente artificial y sintética de estos escenarios. Los interiores devienen pura fachada y será preciso desgarrar para delatar su artificio. Para Didi-Huberman el devenir histórico se desmonta “mediante tironeos, en cascadas”iv, descripción táctil y visual que estas imágenes evocan y gestan. Interiores domésticos que contienen el germen de su autodestrucción, como en la chimenea que consumirá su propio soporte.


Similares sacudidas retornan en la serie Entusiasmo y Generosidad (2007) donde Calvo interviene con montículos de tierra, arena o escombros en interiores decorados, empujando al límite el encuentro entre opuestos. La serie constituye un ensayo sobre la insoportable y pacífica convivencia del adorno y la piedra, del preciosismo y la ruina, de lo delicado y lo áspero. La desmesura, la violencia controlada y la iluminación escenográfica edifican cuadros tan reales como ficticios, tan absurdos como sensatos, tan oníricos como hiperrealistas.


La imagen turística de las ciudades para souvenir se plasma en una serie de soportes bastante previsibles: llaveros, postales, afiches, jarritos, platos y ceniceros. Al igual que los soportes las imágenes tienden a repetirse, de estas tampoco se espera renovación. También resulta peculiar el sentido de estos objetos que vaciados de su función viven como recuerdos. En la serie Se hablaba de proyectos (2005) Calvo recupera estas visualidades del fondo de ceniceros para exponer la paradoja entre la idealización de la imagen y su uso. Emblemáticos lugares de Londres donde apaciblemente trascurre la vida moderna emergen como escenarios apocalípticos. Repentinamente la ceniza deviene protagonista y anima la imagen. Algunas personas advierten la amenaza, otras no. ¿Metáforas de la ciudad gris? ¿Imágenes del inconsciente o del porvenir de la gran ciudad?


La deshabituación de estéticas y escenarios también ha merecido su atención en contextos circundantes o familiares. En una temprana acción, Calvo ensayó la mudanza de un ambiente de su hogar a la plaza pública. Pudo madurar esta idea a raíz de la ausencia, por unos días, de sus padres del domicilio; coyuntura en la que gestó una intervención doméstica, ambiciosa y relámpago. Con la colaboración de cuatro amigos dirigió la construcción de Barricadas (2005), un gran parapeto en estilo clásico, conformado por el mobiliario y objetos de su casa. El (des)armado duró dos días y la casa abierta al público un día. La intervención activó nuevas lecturas entre los visitantes sobre los ambientes y sus artefactos que resultaban improbables en el orden anterior. Espacio transitorio e intermedio que supo reformular la distancia habitual con los objetos. Lugar surtidor de imágenes poéticas, como describe Bachelard, donde “la dualidad del sujeto y el objeto es irisada, espejeante, continuamente activa en sus inversiones”v. El registro de la acción se desdobló en un catálogo-instructivo, a tres idiomas, con fotos de los ambientes originales y su transmutación.


La invitación a participar en la prestigiosa residencia Gaswork en Londres fue el momento para continuar esta exploración. Home Fronts (2005) consistió en la elaboración de un catálogo-mapa con fotografías de frentes de casas londinenses, su ubicación y un meticuloso señalamiento de objetos y materiales descartados por sus dueños. Home Fronts es un término informal que se usó durante la segunda guerra mundial para visualizar aquella otra parte de la población, que aunque no estaba en el frente de batalla desde su lugar en el hogar podía operar como una especie de soldado apoyando a los comandos militares. Por otro lado hoy el término es popular en revistas de decoración pero con una clara orientación hacia el consumo. Calvo (en este señalamiento) buscó extrañar las fisuras en el relieve de la ciudad que pasan desapercibida para los moradores. Recuperó una amplia gama de objetos y estéticas descartadas que informan sobre prácticas cotidianas, posesiones, personalizaciones y abandonos. Instructivo cuidadosamente editado que, por fuera de nociones de productividad o funcionalidad, nos remite a las derivas situacionistas y a sus guías psicogeográficas para el descubrimiento de lo cotidiano.


Para profundizar el carácter escenográfico de los ambientes domésticos Calvo ha recurrido recientemente a la mirada que le aporta la cámara de video, y a cómo esta tecnología le permite capturar su performance in situ. Un plan ambicioso, su más lograda video instalación en esta línea, fue distinguida en la Feria arteBA (2006) con el primer premio Petrobrás, significativa plataforma para jóvenes creadores.


El dispositivo museográfico contribuía al contenido de la pieza. El espectador marcaba su recorrido dentro de un pequeño cuarto en penumbra, alrededor de tres monitores que presentaban simultáneamente una trilogía. La experiencia frente a cada video era individual, cercana y onírica. En el interior de una elegante residencia, presenciábamos inusuales acciones en las que se encontraba absorta una delicada y femenina joven (la artista como performer). Relatos breves que tensaban la hipótesis de Bachelard que sostiene “la casa es un cuerpo de imágenes que dan al hombre razones o ilusiones de estabilidad”vi.


El encuadre fijo y central de las tomas invitaba a apreciar los lugares como si se trataran de pequeñas pinturas. Ventanas por las que accedíamos a sobrios y refinados interiores de una burguesía conservadora. Escenarios cargados de muebles clásicos, detalles y adornos que Calvo utiliza para interpelar a la tradición.


En uno de los videos, el clasicismo del ambiente con sus varios planos de profundidad, y el piso con motivos geométricos que refuerzan la composición y el punto de vista central, se irá clausurando de a poco. Con gran cuidado la joven desarma la escena, apropiándose del mobiliario y objetos para construir una elaborada barricada, gran ensamblaje o instalación. Las cosas devienen materiales que aportan formas, reflejos, colores y texturas. Una especie de manifiesto visual sobre la clausura de un espacio naturalista y su mutación a uno modernista.


La sensibilización de los ambientes es posible generarla desde adentro, desde quien mora en el hogar, cuando este se convierte en campo de juego tal como se lo experimenta en la infancia. Para Benjamin el juego infantil estaba investido de poder revolucionario porque usaba los objetos de manera creativa y generaba nuevas posibilidades de significadovii. Para Bachelard, “mientras soñaba en su soledad el niño conocía una existencia sin límites. Su ensoñación no es simplemente una ensoñación de huida. Es una ensoñación de expansión.”viii Como una niña, la joven siempre realiza en solitario la mágica mudanza de la apariencia de las cosas. Todo juego infantil transformador es posible sin vigilancia, y ella sabe que nadie la mira. ¿Quién en la infancia no se escondió en un rincón? En otro video de esta instalación somos testigos de su planificado y lento ocultamiento dentro de un armario, en un rincón o debajo de una mesa. Se esconde y su ausencia resulta una inquietante presencia. Bachelard advierte que “en el armario vive un centro de orden que protege a toda la casa contra el desorden sin límites”. También lo considera un “espacio de intimidad”, al “que no se le abre a cualquiera ni todos los días”ix. Por esto el plan de la joven carece de límites. Al esconderse en estos “polos” de estabilidad cual refugios, también los agita y por lo tanto tiemblan los cimientos donde se sostiene el orden dado al hogar. El tercer video sorprende por la determinación y fluidez con que la joven provoca micro explosiones. En este caso no sólo conspira contra determinados artefactos que componen la escena, sino que también fisura la atmósfera siempre silenciosa y calma del lugar.


De una similar transubstanciación de materiales y formas trata el video Juego de dormitorio (2006). Un coqueto juego de velador y cama es reciclado íntegramente en cubitos de madera que pasan a decorar una vitrina. El trabajoso rito de pasaje involucra fraccionamiento y pérdida, pero también encantamiento. Al penetrante sonido de la amoladora lo acompaña el fantástico revoloteo de la viruta. Después de la tormenta y tensión regresa la calma pero con una profunda mutación.


Las ventanas de la casa pueden transformarse en aberturas bastante peculiares. En Windows (1974), uno de los documentales ficticios de Peter Greenaway, son protagonistas y telones de fondo de historias irónicas, bizarras y trágicas. En el video Caída Libre (2007), la ventana se convierte en umbral que transforma mágicamente una serie de colchones en lienzos con diseños. Estos recuerdan el movimiento Pattern and Decoration de los 70's y 80's con el que Calvo comparte la misión de elevar el estatus de los estampados domésticos, pero desde un lugar revisionista. Los empalagosos colores de la habitación, la tensa calma que predomina en las escenas, y el salto tan sorpresivo como absurdo de la joven, componen una atmósfera particularmente surrealista.


En esta pieza, además del clima surrealista, prevalece un que atraviesa todo el arte de Eugenia Calvo y es lo que finalmente nos precipita una risa nerviosa.


i RAE, definición en desuso

ii Didi-Huberman, Georges, Ante el tiempo. Buenos Aires: Adriana Hidalgo, editora, 2006, pp. 11-38.

iii Ibid., p. 155-163.

iv Ibid., p. 156.

v Bachelard, Gaston, La política del espacio . Mexico: Fondo de Cultura Económica, 2005, p, 10. [English title: The Poetics of Space].

vi Ibid., p. 48

vii Buck-Morss, Susan, Dialéctica de la mirada. Walter Benjamin y el proyecto de los pasajes . Madrid: A. Machado Libros, S.A., 2001, pp. 279-314.

viii Bachelard, p. 151.

ix Ibid ., pp. 112-113.